Para comenzar con este sonriente proyecto he realizado un
listado para no olvidar las pequeñas cosas que de verdad me importan. Hablo de
todas aquellas sensaciones, percepciones, emociones y retazos de existencia que
nos reconcilian con el mundo. Capítulos de nuestra vida que se convierten en
nuestros pequeños tesoros. Amasijos de recuerdos que nos rescatan. Momentos de
luminosa existencia e instantes fulgurantes que nos convierten en quienes
somos:
-Comer burritos mexicanos, viendo una
comedia romántica
-Escribir
con lluvia, mi gata en el regazo y una vela de azahar encendida
-Abrir
junto a mis hijas, las cajas de recuerdos que guardo de cada una de ellas y
mirar sus caritas al encontrarse los zapatos con los que aprendieron a andar,
su primer chupete, sus pinzas del ombligo…
-Cuidar
mi Aloe Vera en el jardín
-Hacer
tarta de queso o manzana
-Las
decisiones justas
-Descubrir
a un “No puedo” atropellado por un “Quiero”
-Encender
una pequeña lámpara y leer lo ultimo de Haruki Murakami, arropada en la cama
-Una
copita de vino tinto de confesiones con amigas
-Las
melancólicas puestas de sol en otoño, mientras veo como mis hijas juegan en el
parque
-Estar
despierta por la noche, cuando todos duermen
-Encontrar
una vieja librería, una cafetería especial o cualquier lugar curioso,
deambulando perdida por las calles de Madrid o de Toledo.
-El
olor a pan recién hecho de cualquier horno
-Los
guiños de complicidad
-La
risa loca
-Vaguear por la mañana en la cama
-Rencontrarse
con amigos de la infancia
-Buscar
el mejor regalo del mundo para sorprender a Jorge
-Andar
descalza
-Estirarse
y bostezar
-Estrechar
fuertemente la mano de alguien
-Acurrucarse
en el sofá a dormir la siesta
-Encontrar
una sonrisa de quien menos te esperas. Sonreír a quien menos se lo espera
-La
suavidad del pelo de mis hijas
-El
abrazo sincero de un amigo cuando mas lo necesitas
-Meter
las manos en la espuma jabonosa
-Pisar
los charcos con chanclas
-Llorar
en el cine
-Seguir
el vuelo de un gorrión
-Regar
las plantas en verano
-Las
conversaciones telefónicas interminables con buenas amigas
-Encender
la chimenea en invierno y extasiarse con el crepitar del fuego
-Abrir
las ventanas por la mañana y respirar profundo
-Tener
corazonadas maravillosas
-Los
susurros
-Comer
con las manos y beber a morro
-Coger
el coche hacia ningún lugar: Solo mis hijas, Rock fm y sándwiches de queso con
nueces
-Los
suspiros de alivio
-Guardar
un secreto
-El
olor de la almohada de mis hijas cuando hago sus camas
-Pasar
miedo con las películas de terror
-Compartir
paraguas
-Hacer
un ramo de flores silvestres con mis hijas, un sábado por la mañana en el campo
-Escuchar
las gotas de lluvia contra el cristal, el repiquetear del granizo sobre el
toldo o el silbido de viento tras las ventanas
-La
complicidad de una caricia, la ternura del abrazo y la intensidad de un beso
-El
puñado de regalices negros que mis hijas me regalan de entre sus chuches
-Deleitarme
en la sensación de un poema recién escrito
-Una
brisa inesperada
-Un
baño relajante cuando las niñas duermen
-Dar
vueltas sobre la hierba fresca
-Levantarme
con la alarma del móvil un domingo y volverme a la cama
-Recuperar
recuerdos pasados en un olor fugaz que te embarga
-Pedir
el mismo plato que acaban de servir en la mesa de al lado
-Descubrir
la música perfecta
-Encontrar
las palabras precisas
-Estornudar
-Temblar
de impaciencia ante una sorpresa
-Quemarme
la lengua, picoteando patatas fritas, mientras las llevo a la mesa
-Que
se te erice el vello
-Gritar
para escuchar tu eco
-Saltar
con mis hijas sobre la cama
-Lanzar
piedras al rio
-Coger
moras de la zarza sin pincharme y comérmelas antes de llegar a casa
-Darme
un atracón a cruasanes recién hechos
-Tumbarme
agotada sobre la cama con la conciencia tranquila
-Sentir
curiosidad por todo
-Aspirar
el olor a tierra mojada
-
Sacarle la miga al pan y comérmela
-Cruzar un rio a contracorriente
-Hacer
jabones de chocolate, lavanda, Aloe vera o de miel con canela
-Sentir
la suavidad del volante de un coche nuevo bajo mis manos
-El
tacto de las sabanas limpias
-Imaginarme
con un sublime vestido de novia avanzando despacio al atardecer mientras de
fondo se eleva "Tides of time" de Épica.
-Taparse
los hombros con un foulard cuando comienza a refrescar
-Que
te cocinen
-La
mirada de un perro abandonado al acariciarlo
-Empezar
a leer el periódico por el final
-Comer
una uva furtiva en la frutería del supermercado
-Mojar
pan en la salsa
-Abrocharte
el vaquero y que te quede perfecto
-Soñar
con tener una pequeña casita de pueblo en la sierra
-Empaparme
comiendo sandia
-Que
te laven la cabeza en la peluquería
-Comerte
la nata del capuchino con la cucharilla
-Calcular
bajo la manta, el tiempo entre el rayo y el trueno
-Pasar
una noche en vela sin parar de reír con amigos o de jugar entre las sabanas con
Jorge
-Coger
arena caliente con las manos
-El
olor del café al prepararlo
-Ser
feliz cuando mis hijas lo son
-Tomar
un frappuccino y un muffins de chocolate en
el starbucks
-Ojear
las páginas de un libro y olerlo, antes de comprarlo
-Comprar
castañas calientes de algún puestecito en invierno
-Emocionarme
con las lágrimas de alguien que decía rezar todas las noches para que me curara
-Intentar
tocar las antenas de un caracol
-Experimentar con hierbas y flores para
hacer una nueva infusión
-Recuperar
el primer libro de mi infancia
-Recordar
a los que se fueron
-Estar
encantada de no tener arrugas ni estrías (y apenada por tantas cicatrices)
-El
olor de mis hijas recién nacidas
-Leer
en voz alta
-Entusiasmarme
con la idea de organizar alguna sorpresa a alguien
-Plantar
un beso en el hocico de mi gata
-Ver
entrar por la puerta a la persona que amas, tras preocuparte a morir por su
retraso
-Sentarse
sin hacer nada, con la mirada perdida
-Ver
como la ropa de mis peques se queda pequeña
-Rencontrarme
con el olor a anís de las tortas que desayunaba en la infancia con mis abuelos
y mis primos en el pueblo
Incluso en las visitas y estancias hospitalarias,
encuentro cosas que merecieron la pena:
-Las largas siestas mientras me hacían una resonancia
magnética
-Conseguir
incorporarme sola en la cama del hospital tras una operación
-Sentir
como un aliviador calorcito sube por los pies y va acabando con todo el dolor,
cuando te inyectan morfina
-Saber
que vendrá la persona que esperaba
-Dormitar
en la sala de reanimación cuando sabes que todo ha salido bien
-Sentirme
como en casa con los besos de las enfermeras tras reírme con ellas por
pincharme seis veces y seguir sin
encontrarme alguna vena
-Descubrir
algún doctor macizorro
-Cuando
los familiares de tu compañero de habitación se convierten en tus familiares
-Cuando
tu compañero de habitación se convierte en tu hermano
-Cuando
llega el momento de despedirse, y algo dentro me dice que todo le va a ir muy
bien
Me has hecho recordar el caleidoscopio de pequeñas cosas que enumera Lin Yutang, y que continuamente dan sentido a nuestra vida, y también a la razón por la que Dios nos dio alma, vista, oido, olfato, gusto y tacto. Lo tuyo es lo más lindo que leí desde "La Importancia de Vivir" del gran escritor chino, y mirá que he leído ¿eh?.
ResponderEliminarMaravilloso, Merche. Un sentido beso.
Tu amigo de Mayfeelings:
Alejandro EDM.