sábado, 19 de mayo de 2012

Listado de las pequeñas cosas que de verdad importan



Para comenzar con este sonriente proyecto he realizado un listado para no olvidar las pequeñas cosas que de verdad me importan. Hablo de todas aquellas sensaciones, percepciones, emociones y retazos de existencia que nos reconcilian con el mundo. Capítulos de nuestra vida que se convierten en nuestros pequeños tesoros. Amasijos de recuerdos que nos rescatan. Momentos de luminosa existencia e instantes fulgurantes que nos convierten en quienes somos:

-Comer burritos mexicanos, viendo una comedia romántica
-Escribir con lluvia, mi gata en el regazo y una vela de azahar encendida
-Abrir junto a mis hijas, las cajas de recuerdos que guardo de cada una de ellas y mirar sus caritas al encontrarse los zapatos con los que aprendieron a andar, su primer chupete, sus pinzas del ombligo…
-Cuidar mi Aloe Vera en el jardín
-Hacer tarta de queso o manzana
-Las decisiones justas
-Descubrir a un “No puedo” atropellado por un “Quiero”
-Encender una pequeña lámpara y leer lo ultimo de Haruki Murakami, arropada en la cama
-Una copita de vino tinto de confesiones con amigas
-Las melancólicas puestas de sol en otoño, mientras veo como mis hijas juegan en el parque
-Estar despierta por la noche, cuando todos duermen
-Encontrar una vieja librería, una cafetería especial o cualquier lugar curioso, deambulando perdida por las calles de Madrid o de Toledo.
-El olor a pan recién hecho de cualquier horno
-Los guiños de complicidad
-La risa loca
-Vaguear por la mañana en la cama
-Rencontrarse con amigos de la infancia
-Buscar el mejor regalo del mundo para sorprender a Jorge
-Andar descalza
-Estirarse y bostezar
-Estrechar fuertemente la mano de alguien
-Acurrucarse en el sofá a dormir la siesta
-Encontrar una sonrisa de quien menos te esperas. Sonreír a quien menos se lo espera
-La suavidad del pelo de mis hijas
-El abrazo sincero de un amigo cuando mas lo necesitas
-Meter las manos en la espuma jabonosa
-Pisar los charcos con chanclas
-Llorar en el cine
-Seguir el vuelo de un gorrión
-Regar las plantas en verano
-Las conversaciones telefónicas interminables con buenas amigas
-Encender la chimenea en invierno y extasiarse con el crepitar del fuego
-Abrir las ventanas por la mañana y respirar profundo
-Tener corazonadas maravillosas
-Los susurros
-Comer con las manos y beber a morro
-Coger el coche hacia ningún lugar: Solo mis hijas, Rock fm y sándwiches de queso con nueces
-Los suspiros de alivio
-Guardar un secreto
-El olor de la almohada de mis hijas cuando hago sus camas
-Pasar miedo con las películas de terror
-Compartir paraguas
-Hacer un ramo de flores silvestres con mis hijas, un sábado por la mañana en el campo
-Escuchar las gotas de lluvia contra el cristal, el repiquetear del granizo sobre el toldo o el silbido de viento tras las ventanas
-La complicidad de una caricia, la ternura del abrazo y la intensidad de un beso
-El puñado de regalices negros que mis hijas me regalan de entre sus chuches
-Deleitarme en la sensación de un poema recién escrito
-Una brisa inesperada
-Un baño relajante cuando las niñas duermen
-Dar vueltas sobre la hierba fresca
-Levantarme con la alarma del móvil un domingo y volverme a la cama
-Recuperar recuerdos pasados en un olor fugaz que te embarga
-Pedir el mismo plato que acaban de servir en la mesa de al lado
-Descubrir la música perfecta
-Encontrar las palabras precisas
-Estornudar
-Temblar de impaciencia ante una sorpresa
-Quemarme la lengua, picoteando patatas fritas, mientras las llevo a la mesa
-Que se te erice el vello
-Gritar para escuchar tu eco
-Saltar con mis hijas sobre la cama
-Lanzar piedras al rio
-Coger moras de la zarza sin pincharme y comérmelas antes de llegar a casa
-Darme un atracón a cruasanes recién hechos
-Tumbarme agotada sobre la cama con la conciencia tranquila
-Sentir curiosidad por todo
-Aspirar el olor a tierra mojada
- Sacarle la miga al pan y comérmela
-Cruzar un rio a contracorriente
-Hacer jabones de chocolate, lavanda, Aloe vera o de miel con canela
-Sentir la suavidad del volante de un coche nuevo bajo mis manos
-El tacto de las sabanas limpias
-Imaginarme con un sublime vestido de novia avanzando despacio al atardecer mientras de fondo se eleva "Tides of time" de Épica.
-Taparse los hombros con un foulard cuando comienza a refrescar
-Que te cocinen
-La mirada de un perro abandonado al acariciarlo
-Empezar a leer el periódico por el final
-Comer una uva furtiva en la frutería del supermercado
-Mojar pan en la salsa
-Abrocharte el vaquero y que te quede perfecto
-Soñar con tener una pequeña casita de pueblo en la sierra
-Empaparme comiendo sandia
-Que te laven la cabeza en la peluquería
-Comerte la nata del capuchino con la cucharilla
-Calcular bajo la manta, el tiempo entre el rayo y el trueno
-Pasar una noche en vela sin parar de reír con amigos o de jugar entre las sabanas con Jorge
-Coger arena caliente con las manos
-El olor del café al prepararlo
-Ser feliz cuando mis hijas lo son
-Tomar un frappuccino y un muffins de chocolate en el starbucks
-Ojear las páginas de un libro y olerlo, antes de comprarlo
-Comprar castañas calientes de algún puestecito en invierno
-Emocionarme con las lágrimas de alguien que decía rezar todas las noches para que me curara
-Intentar tocar las antenas de un caracol
-Experimentar con hierbas y flores para hacer una nueva infusión
-Recuperar el primer libro de mi infancia
-Recordar a los que se fueron
-Estar encantada de no tener arrugas ni estrías (y apenada por tantas cicatrices)
-El olor de mis hijas recién nacidas
-Leer en voz alta
-Entusiasmarme con la idea de organizar alguna sorpresa a alguien
-Plantar un beso en el hocico de mi gata
-Ver entrar por la puerta a la persona que amas, tras preocuparte a morir por su retraso
-Sentarse sin hacer nada, con la mirada perdida
-Ver como la ropa de mis peques se queda pequeña
-Rencontrarme con el olor a anís de las tortas que desayunaba en la infancia con mis abuelos y mis primos en el pueblo

Incluso en las visitas y estancias hospitalarias, encuentro cosas que merecieron la pena:

-Las largas siestas mientras me hacían una resonancia magnética
-Conseguir incorporarme sola en la cama del hospital tras una operación
-Sentir como un aliviador calorcito sube por los pies y va acabando con todo el dolor, cuando te inyectan morfina
-Saber que vendrá la persona que esperaba
-Dormitar en la sala de reanimación cuando sabes que todo ha salido bien
-Sentirme como en casa con los besos de las enfermeras tras reírme con ellas por pincharme seis veces y seguir sin
encontrarme alguna vena

-Descubrir algún doctor macizorro
-Cuando los familiares de tu compañero de habitación se convierten en tus familiares
-Cuando tu compañero de habitación se convierte en tu hermano
-Cuando llega el momento de despedirse, y algo dentro me dice que todo le va a ir muy bien

1 comentario:

  1. Me has hecho recordar el caleidoscopio de pequeñas cosas que enumera Lin Yutang, y que continuamente dan sentido a nuestra vida, y también a la razón por la que Dios nos dio alma, vista, oido, olfato, gusto y tacto. Lo tuyo es lo más lindo que leí desde "La Importancia de Vivir" del gran escritor chino, y mirá que he leído ¿eh?.
    Maravilloso, Merche. Un sentido beso.
    Tu amigo de Mayfeelings:
    Alejandro EDM.

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